Pase del Niño 2006

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Con toda seguridad la fiesta Cuencana de mayor atractivo para quienes visitan la ciudad durante el mes de diciembre, son los alegres y coloridos pases del niño que son procesiones para venerar a la escultura del Niño Dios.

Esta manifestación de la religiosidad popular tiene una extraordinaria riqueza de simbolismos sagrados y sociales en los que se conjugan tradiciones indígenas y urbanas.

La principal procesión es el pase mayor del 24 de diciembre que tiene un complejo sistema de organización que se inicia con meses de anticipación, preparación en la que los principales protagonistas son los priostes y mantenedores que son personas encargadas de apoyar económicamente y en todos lo aspectos organizativos como las invitaciones a los niños de la ciudad y del campo, la preparación de los disfraces, comidas, etc.

El pase del 24 de diciembre que recorre las principales calles del centro histórico de la ciudad, se inicia a las diez de la mañana y tiene una duración aproximada de cuatro horas.

El desfile lo protagonizan imágenes escultóricas del Niño Dios provenientes de iglesias y de propiedad particular que van engalanadas y acompañadas por niños disfrazados de pastorcillos, ángeles, vírgenes, reyes magos, cholas, cañarejos, fitajas, etc.

Los carros alegóricos (vehículos decorados con grandes cortinas y decoraciones que representan diversas escenas bíblicas y motivos autóctonos), conjuntos musicales campesinos y bandas populares que interpretan las llamados "tonos del niño", constituyen elementos imprescindibles.

Merecen destacarse también los mayorales (antiguos campesinos del Cañar que tenían prestigio y poder social) que conducen caballos arreglados en forma artística con cintas guirnaldas de frutas y ofrendas para el Niño consistentes en productos campesinos, frutas, licores y alimentos cocinados como el típico cuy. Con la llegada de los Españoles al nuevo continente y su posterior conquista, los pueblos aborígenes poseedores del cultura y creencias religiosas propias adoptaron la religión cristiana. No se puede afirmar con exactitud, desde cuando en el Ecuador y concretamente en Cuenca, nace la devoción al Niño Dios, pero podemos asegurar que ésta tiene sus inicios en la Colonia.

Por investigaciones realizadas se sabe que la portentosa imagen hoy llamada del "Niño Viajero" fue mandada a trabajar por Doña Josefa Heredia en el año de 1823; ella fue quién inicia el culto a la hermosísima escultura.

En el año de 1961, Monseñor Miguel Cordero Crespo, realizó un largo viaje para visitar los Santuarios más importantes de España, Portugal, Italia, Grecia, Palestina, Egipto y México entre otros, llevando consigo la sagrada imagen del Niño; teniendo además la oportunidad de colocarla en el mismo lugar en el que hace dos mil años naciera Jesús en Belén, El Santo Padre Juan XXIII bendijo a la portentosa imagen y a su retorno al Ecuador y a Cuenca el pueblo devoto del dio el Título de: "Niño Viajero".

Así, el 24 de Diciembre, el pueblo Azuayo rinde homenaje a la sagrada imagen con "la gran Pasada"; vistoso carros alegóricos, niños vestidos con atuendos típicos representan los diferentes pasajes bíblicos.

Da inicio su recorrido desde la Avenida Ordóñez Lazo para continuar por la calle Bolívar y la intersección con la Luis Cordero dirigirse por la Sucre hasta llegar a la Catedral de l Inmaculada en el parque Calderón.



Tomado de:
Guía Turística y Cultural de Cuenca y el Azuay
Cámara de Turismo del Azuay