ANTECEDENTES DE CUENCA
Comisionado por el Marqués de Cañete, tercer Virrey del Perú, recorrió Don Gil Ramírez Dávalos toda la provincia, buscando lugar a propósito para fundar una ciudad: reconocida y examinada la provincia en toda su extensión, ningún punto le pareció mejor que, el dilatado valle del Paucar -bamba-; y allí eligió sitio cómodo para fundar la nueva ciudad. Llamados, pues todo los caciques de la comarca y preguntados acerca de la nueva fundación, respondieron que no les causaba perjuicio alguno; con lo cual, el 12 de Abril de 1557, Ramírez Dávalos delineó el plano o traza de la proyectada ciudad, poniéndole, en obsequio del Virrey, el nombre de Cuenca, por ser Don Andrés Hurtado de Mendoza, guardia mayor de la ciudad de Cuenca en España
El acta de la fundación de Cuenca refiere el nombre, con que en la lengua quichua era llamada la llanura, que escogió Gil Ramírez Dávalos para fundar la ciudad; pero se ha visto, que ese mismo lugar tenía otro nombre distinto y más significativo en la lengua materna de los Cañaris.
Los españoles, al fundar Cuenca, hicieron lo que solían hacer siempre que fundaban una nueva ciudad, a saber, destinar, ante todo, un lugar para que allí se edificase el templo católico: antes de las casas para los hombres, la casa de Dios... Según una tradición antigua, que no parece destituida de fundamento, el primer templo que hubo en cuenca fue la capilla que hoy se conoce con el nombre de Todos Santos, a la margen superior del río. Ese sería, sin duda, templo provisional, mientras construían la iglesia parroquial, en el lado de la plaza mayor que mira hacia el Oriente.
En la instrucción dada por el Marqués de Cañate al gobernador Gil Ramírez Dávalos para la fundación de la nueva ciudad, se le prescribía que a un lado de la plaza principal señalara cuatro cuadras a la redonda para la iglesia y cementerio, de tal modo que no haya próxima al templo casa ninguna de seculares, excepto la del párroco. También se le mandaba, que diera dos solares para convento de Santo Domingo. Y todo lo cumplió puntualmente el fundador, al tiempo de hacer la distribución de solares en la nueva ciudad.
Gil Ramírez Dávalos no podía haber escogido sitio mejor para fundar la ciudad, que entonces solían llamar Nueva Cuenca del Perú. Paucar-bamba, en lengua de los Incas, quiere decir llanura florida, campo de primavera; y llanuras floridas, campos de primavera son, por cierto aquellos, donde está edificada Cuenca. El sitio, en que se delineó la traza de la ciudad, pertenecía a un cierto español apellidado Gonzalo Gómez de Salazar, vecino de Loja, el cual tenía su estancia en aquel valle.
El acta de la fundación de Cuenca refiere el nombre, con que en la lengua quichua era llamada la llanura, que escogió Gil Ramírez Dávalos para fundar la ciudad; pero se ha visto, que ese mismo lugar tenía otro nombre distinto y más significativo en la lengua materna de los Cañaris.
Los españoles, al fundar Cuenca, hicieron lo que solían hacer siempre que fundaban una nueva ciudad, a saber, destinar, ante todo, un lugar para que allí se edificase el templo católico: antes de las casas para los hombres, la casa de Dios... Según una tradición antigua, que no parece destituida de fundamento, el primer templo que hubo en cuenca fue la capilla que hoy se conoce con el nombre de Todos Santos, a la margen superior del río. Ese sería, sin duda, templo provisional, mientras construían la iglesia parroquial, en el lado de la plaza mayor que mira hacia el Oriente.
En la instrucción dada por el Marqués de Cañate al gobernador Gil Ramírez Dávalos para la fundación de la nueva ciudad, se le prescribía que a un lado de la plaza principal señalara cuatro cuadras a la redonda para la iglesia y cementerio, de tal modo que no haya próxima al templo casa ninguna de seculares, excepto la del párroco. También se le mandaba, que diera dos solares para convento de Santo Domingo. Y todo lo cumplió puntualmente el fundador, al tiempo de hacer la distribución de solares en la nueva ciudad.
Gil Ramírez Dávalos no podía haber escogido sitio mejor para fundar la ciudad, que entonces solían llamar Nueva Cuenca del Perú. Paucar-bamba, en lengua de los Incas, quiere decir llanura florida, campo de primavera; y llanuras floridas, campos de primavera son, por cierto aquellos, donde está edificada Cuenca. El sitio, en que se delineó la traza de la ciudad, pertenecía a un cierto español apellidado Gonzalo Gómez de Salazar, vecino de Loja, el cual tenía su estancia en aquel valle.