INFORMAción DE Unidad Obstetrica Familiar Dulce Espera
Dulce Espera
Servicios
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- Cursos de preparación para un nacimiento natural
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- Asesoría para cursos de salud reproductiva
Perfil Profesional Obst. Elbia Martínez
-Graduada en la Universidad Central del Ecuador Quito (Mejor egresada de la Escuela de obstetricia)
-Diplomado 4to nivel Desarrollo local de salud
-Instructora de Preparación Prenatal
-Cursos de actualización en Cuba, Perú, Chile, Argentina, México, España, Brasil
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CONOZCA UN POCO MAS SOBRE EL PARTO EN AGUA
El parto es la última etapa de la reproducción, muchos afirman que es una simple función fisiológica en donde la mujer posee un papel primordial.
Según la Organización Mundial de la Salud, los expertos sanitarios deben otorgar toda la información que haya disponible para que cada madre pueda elegir qué tipo de parto quiere tener; hoy encontramos un gran número de embarazadas que eligen tener partos en el agua.
Pero esto no es una simple moda, el agua juega un rol fundamental en los partos, es la encargada de ayudar a la madre durante el período de dilatación y facilitar la adopción de posturas naturales e instintivas, lo que le ayuda a alcanzar un nivel óptimo en cuanto a la relajación.
Funciones del agua en el parto
El primer parto en el agua fue registrado en 1803, más específicamente en Francia. De todas maneras no es hasta 1970 en donde las embarazadas se empiezan a introducir en tinas o bañeras de forma sistemática para tener partos en el agua.
Se descubrió que la utilización del agua caliente durante el parto era beneficiosa ya que ayudaba a disminuir el dolor favoreciendo la dilatación cervical, en especial en aquellas mujeres con contracciones ineficaces. Recién, a partir de 1981, en Estados Unidos, se empieza a practicar de forma profesional y con el paso del tiempo su auge fue mayor.
Los partos en el agua se han extendido por todos los continentes, esta práctica se utiliza mucho en Bélgica, Reino Unido, Francia, Japón, Australia, Estados Unidos y España. En este último país, se crean cada año más centros en donde se realizan partos en el agua. Según sus adeptos, esta iniciativa es mucho más humanizada y natural. Debido a que cada mujer puede dar a luz a su propio modo y bajo sus instintos maternales.
El nacimiento de un bebé es un proceso involuntario y sabemos que no pueden ayudarse a los actos involuntarios pero sí podemos interferir favoreciéndolo, y es aquí en donde los partos en el agua entran.
El agua en el parto es un método eficaz y simple que favorece a la mujer ayudándola a recuperar su instinto biológico y que su sistema neuro-hormonal pueda facilitar el parto, con un dolor más leve, a través de menores intervenciones médicas y menos cantidad de analgésicos. Cuando una embarazada se introduce en una bañera llena de agua caliente (se recomienda una temperatura de 35 °C), se reduce la producción de adrenalina; la adrenalina es la culpable de la rigidez del cerviz a la hora de dar a luz, esto hace que la dilatación se retrase.
Además, los partos en el agua son aconsejables ya que el ambiente acuático reduce la estimulación sensorial y la fuerza de gravedad aumentando la producción de endorfinas. El agua caliente provoca una relajación de los músculos de la madre y repercute en la respiración haciendo que ésta sea mucho más calma; la intensidad y el ritmo de las contracciones disminuye, pero la dilatación es más acelerada.
Los partos en el agua permiten a las mujeres alcanzar la intimidad con el aislamiento sensorial que ocasiona el baño con agua caliente, permaneciendo a oscuras y en silencio; la mujer debe introducirse en el agua con el parto ya mediado, con cinco centímetros de dilatación, es aquí en donde el baño le hace experimentar una profunda relajación y regresión; de acuerdo a los expertos, los exámenes vaginales son innecesarios en esta etapa mientras que el apoyo emocional debe ser prestado mediante el contacto.